La nutrición apícola es esencial para garantizar la supervivencia de las colmenas en épocas carenciales. Diversos factores, como las condiciones climáticas, tipo de colmena, época del año, zona geográfica, etc influyen en las necesidades nutricionales de la colonia.

las abejas necesitan fundamentalmente fuentes de hidratos de carbonos (azúcares) y de proteínas. Los hidratos de carbono los obtienen en forma de néctar y mielatos, y los acumulan como miel. Mientras que las proteínas las obtienen a partir del polen. De la misma manera, y una vez más considerándolo en su aspecto más amplio, los hidratos de carbonos los necesitan para conseguir energía, mientras que las proteínas les son necesarias para crecer.

Todo lo anterior es necesario para interpretar las necesidades de las abejas y actuar en consecuencia. Por ejemplo, si las colmenas están invernando sin cría o con muy poca, prácticamente le es suficiente con disponer de miel (azúcares) para mantenerse. Mientras que no podemos pensar en que produzcan cría si no disponen de proteínas, bien como polen o como un sustituto. Esto nos lleva a su vez a conocer, aunque sea de forma básica, el ciclo de las colonias de abejas y su relación con la alimentación.

De forma natural, con la llegada de la otoñada, las colmenas disponen de reservas y a la vez se puede producir una nueva entrada de alimentos, que es el punto de partida para la cría de abejas de invierno, esenciales para la supervivencia en la época que se avecina y que tendrán que sobrevivir hasta el inicio de la nueva temporada.


Algunas recomendaciones más para una correcta alimentación en invierno:

  • No excederse en la castra de las colmenas, sabiendo que no por dejar más miel las abejas van a gastar más. Al final de la otoñada las colmenas deben disponer, al menos, de tres o cuatro cuadros de miel (todo depende de cómo sea la invernada en la zona). Aunque ello no significa que nos olvidemos hasta la siguiente temporada.

  • Es importante dejar los cuadros de miel dentro del nido que ocupan las abejas o tan cerca como sea posible, pues el frío dificulta a las abejas llegar a la miel de los cuadros más alejados, especialmente en colmenas más débiles.

  • A medida que avance el invierno es recomendable colocarle alguna pastilla de alimento. Tendremos cuidado de colocar la pastilla antes si hemos dejado menos reservas.

  • La pastilla de alimento debe llevar una buena proporción de fructosa, pues el balance energético para las abejas es mucho mejor que el de glucosa. Si las colmenas tienen poca reserva de polen, es conveniente que las pastillas de alimento lleven un suplemento proteico, como puede ser la levadura de cerveza micronizada o alguno de los preparados comerciales existentes en el mercado. No recomendamos el uso de polen en estas pastillas, salvo que su origen esté certificado de colmenas libres de enfermedades.

  • La pastilla debe quedar tan próxima como se pueda a las abejas. Ver que las abejas se comen la pastilla es señal de que la colmena está funcionando.

  • En zonas donde la temperatura permita cría en invierno (ejemplo: las zonas templadas andaluzas) es importante que las pastillas tengan una buena proporción de proteínas.

  • En inspecciones posteriores (cada 3 ó 4 semanas) comprobar si se la han comido o queda poca. Mantendremos esta pauta hasta que aparezcan las primeras floraciones aprovechables en el campo. Lo veremos por el incremento de vuelo en las colmenas, iniciándose probablemente con abundante entrada de polen.

  • Si en las inspecciones de las colmenas encontramos las abejas metidas con las cabezas en los fondos de las celdillas (a veces aún vivas) es la señal de que hemos fracasado, y la colmena se ha quedado sin comida o se ha reducido mucho el número de abejas y no mantienen suficiente temperatura como para ir a buscar alimento aún quedando cuadros de alimentos apartados del nido de cría.


Alimentación con jarabe

Este tipo de alimentación hemos de hacerla con tiempo suficiente para afianzar la población antes de que lleguen los fríos, por lo que recomendamos iniciarla en el otoño temprano. Por supuesto, si la debilidad se debe a una enfermedad como varroa, tenemos que tratar para que la alimentación nos sirva de algo. Se trata de preparar un simple jarabe con dos partes de azúcar y una de agua al que añadimos 10 ml (cm3) por cada litro de alimento de un preparado proteico comercial específico para abejas. Se recomienda entre ¾ y un litro/semana por colmena.

Es muy importante que la alimentación, tal como la hemos descrito, se proporcione durante 35 ó 40 días. No vale aplicarla sólo una vez o añadir el suplemento proteico sólo las primeras veces.

Este alimento se lo podemos suministrar en bolsas, con la precaución de que no chorree. Aunque se recomienda el uso de alimentadores de cuadros.