El control integrado de Varroa destructor encuadra el conjunto medidas necesarias para mantener la población del parásito en niveles tales que las colonias de abejas puedan soportarlo sin una merma significativa de su estado sanitario y productivo, donde se intenta minimizar el empleo de medicamentos alopáticos de síntesis química, siendo éstas respetuosas con las abejas y sus productos. Para ello se emplean diferentes métodos basados en el diagnóstico, el manejo, la prevención, la selección, el control biológico y la aplicación de medicamentos, buscando en estos últimos la máxima inocuidad para las abejas y las personas sin renunciar a la eficacia.

En el caso de la lucha integrada para el control de Varroa spp, y en cumplimiento del Real Decreto 608/2006, de 19 de mayo, por el que se establece y regula un Programa Nacional de lucha y control de las enfermedades de las abejas de la miel, es obligatorio la aplicación de al menos un tratamiento veterinario anual frente a Varroa spp en otoño, que se podrá complementar con las medidas que se proponen a lo largo de esta guía. El tratamiento de otoño se fija entre septiembre y noviembre, pero las comunidades autónomas pueden establecer un periodo diferente de inicio y finalización atendiendo a las especificidades de la zona o a la trashumancia. Además, el Real Decreto permite la realización de tratamientos veterinarios en otras épocas del año en caso necesario. Estos tratamientos deben quedar registrados adecuadamente en el Libro de explotación apícola.


Los principales factores en el éxito en la lucha integrada son:

  • El desarrollo, bajo la supervisión de los Servicios Veterinarios Oficiales, en coordinación con el veterinario de explotación apícola (Agrupación de Defensa Ganadera, Asociación de Apicultores) de un programa de control integral frente a la varroasis de la explotación, en función de las características geo-climáticas de la región, junto con tratamientos coordinados en la zona. Este programa debería incluir tanto la aplicación de tratamientos varroicidas en combinación con el uso de métodos zootécnicos de manejo.
  • El aprovechamiento de los periodos de ausencia de cría para realizar los tratamientos y mejorar así su eficacia. Esta ausencia de cría puede producirse de forma natural (temperaturas muy bajas o muy altas, época de formación de enjambres) o bien forzarse (cuando se considere apropiado).

  • La realización de seguimientos de los niveles de infestación a lo largo de la campaña apícola y, en caso necesario, la aplicación de tratamientos. Es aconsejable llevar a cabo tres valoraciones anuales: una al inicio de la primavera, otra tras la floración y una última antes de la invernada. También resulta necesario realizar controles para valorar la eficacia de los tratamientos que se emplean. Un nivel bajo de ácaros no necesitará de actuación alguna, niveles intermedios requerirán intervenciones moderadas y un nivel alto requiere acciones rápidas y efectivas.

  • Formación al apicultor para ayudarle a reconocer los signos clínicos de la varroasis, llevar a cabo los seguimientos para evaluar las tasas de infestación, realizar un buen uso de los tratamientos autorizados disponibles. En este sentido el papel del veterinario de explotación apícola resulta esencial.

  • Controlar la deriva de abejas y el pillaje y colmenas abandonadas.

  • Selección de colmenas con un elevado comportamiento higiénico.


Los actuales métodos de control que se disponen para el control de la varroasis se dividen en 2 grupos principales:

  • Aplicación de medicamentos veterinarios autorizados: Contienen sustancias activas con actividad acaricida consiguiendo reducir al mínimo su número. Se aplican en la colmena en forma de tiras, dispersiones, geles, soluciones preparadas a partir de polvos, etc. Los medicamentos veterinarios podrán usarse en la apicultura ecológica en la medida en que el uso correspondiente esté autorizado en nuestro país.
  • Métodos zootécnicos de manejo: Reducen la población de ácaros de modo natural y algunos de ellos ayudarán a mejorar la eficacia de los tratamientos veterinarios (los que conducen a una ausencia de cría). El método más usado y efectivo es atrapar los ácaros en cuadros de cría de zángano que deberán ser retirados de la colmena y posteriormente destruidos. No se deben utilizar como única herramienta de control de la varroasis, sino de forma complementaria a los varroicidas.


Los tratamientos que se utilizan en la actualidad para la varroasis sólo actúan en la fase
forética (sobre las abejas adultas) del ciclo de vida del ácaro y, salvo excepciones (Ácido fórmico), nunca llegan al interior de las celdillas de la cría donde se reproducen, razón por lo cual la varroasis en la actualidad no puede erradicarse. Sin embargo, sí se pueden controlar que los niveles de parasitación sean lo suficientemente bajos como para no poner en peligro la productividad y supervivencia de las colonias de abejas. En las siguientes tablas se recogen los medicamentos veterinarios autorizados (por la AEMPS o por la Comisión Europea) de que se disponen en la actualidad en España y algunas de las condiciones a tener en cuenta en su administración (posología, vía de administración, temperaturas de aplicación, duración adecuada del tratamiento, etc.). No obstante, el uso de los medicamentos se llevará a cabo siguiendo las instrucciones y pautas posológicas establecidas por el veterinario.